Estamos un poco insistentes con este tema en el blog, pero es que el último informe (que ha salido estos días) del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) , Estudio sobre la hiperconectividad y la salud mental en el ámbito laboral 2025, nos muestra con claridad que cada vez más personas trabajadoras permanecen conectadas más allá de su jornada, incluso en periodos de descanso, lo que incrementa su malestar psicológico y reduce su capacidad de recuperación. En otras palabras, no solo trabajamos más horas digitalmente, sino que cada vez desconectamos menos.
El estudio señala que la dinámica de estar “siempre disponible” se ha extendido en todos los sectores y tipos de ocupación. El uso continuo del móvil, el correo corporativo y las plataformas digitales hace que la frontera entre vida personal y laboral sea cada vez más difusa.
Esta hiperconectividad genera una mayor presión psicológica para atender tareas o comunicaciones fuera del horario previsto.
El INSST advierte que esta exposición continuada a demandas digitales laborales incrementa notablemente el riesgo de malestar psicológico.
Las personas trabajadoras hiperconectadas presentan mayores niveles de:
estrés,
fatiga mental,
dificultad para desconectar,
agotamiento emocional,
ansiedad y sensación de saturación mental.
La ausencia de desconexión real impide el descanso adecuado, lo que afecta directamente a la capacidad de recuperación diaria. Como señala el informe, quienes mantienen una desconexión más baja muestran un mayor malestar psicológico y experimentan síntomas más intensos de estrés relacionado con el trabajo.
En otras palabras, la hiperconectividad erosiona la salud mental de manera silenciosa pero constante.
Efectos sobre el rendimiento y el bienestar organizacional
La relación entre hiperconectividad y rendimiento también queda claramente reflejada. El estudio identifica que la saturación de tareas digitales y la presión por responder fuera del horario laboral generan:
Menor productividad sostenible
Mayor sensación de sobrecarga
Más conflictos trabajo-vida personal
Reducción significativa de la capacidad de recuperación.
Desde una perspectiva organizacional, esta realidad afecta al clima laboral, al compromiso y a la motivación de los equipos. Las empresas con niveles más altos de hiperconectividad presentan trabajadores con menor bienestar emocional y menor percepción de control sobre su trabajo.
Además, los “usuarios intensivos” (aquellas personas que consultan continuamente el correo, atienden chats laborales o revisan tareas fuera del horario) presentan niveles más altos de estrés, agotamiento emocional y síntomas de ansiedad.
El descanso como necesidad, no como lujo
Los datos del INSST subrayan que la hiperconectividad no solo afecta al rendimiento, afecta a la salud. Y cuando la salud se resiente, también lo hace la productividad, la creatividad y la capacidad de recuperación.
No se trata únicamente de “desenchufar el móvil”, sino de poder desenchufar la mente del trabajo.
Hacia un nuevo modelo de bienestar laboral
Las empresas que quieran retener talento, que quieran hablar de bienestar y salud, que quieran ser empresas saludables, están llamadas a promover políticas claras de desconexión, a revisar cargas digitales, a fomentar una comunicación respetuosa con los tiempos personales y a formar a la línea de mando y a los equipos en un uso saludable de la tecnología.
Desconectar ya no es una opción del bienestar laboral: es una pieza fundamental para proteger la salud mental y asegurar la sostenibilidad y el rendimiento en las organizaciones.
Puedes descargarte el informe aquí.